1er fragmento -En el tren-

Trabajo como médico, principalmente endoscopista digestiva terapéutica (EDT), en el Hospital Universitario de Torrecárdenas de Almería, actualmente con un nombramiento de “Responsable de la Unidad de Endoscopia Digestiva”. Como EDT es muy lioso para quien no sea del gremio, os explico brevemente que mi tarea fundamental es realizar intervenciones en la vía biliar (fundamentalmente sacar “piedras” que han obstruido el conducto de salida de la bilis, y realizar intervenciones relacionadas con complicaciones de pancreatitis graves, de técnicas quirúrgicas, de enfermedades tumorales del tubo digestivo, quitar lesiones del tubo digestivo… digamos que estoy en la línea cada vez más fina que separa al médico de Aparato Digestivo del Cirujano, intentando hacer las cosas tan bien como estos últimos, pero con menos complicaciones y de forma más sencilla, lo que llaman intervenciones ¨mínimamente invasivas¨.

No sé muy bien como llegué aquí, pero ahora, desde la distancia de los años que han pasado (ya son 16 como especialista en Aparato Digestivo), puedo decir que me encanta hacer lo que hago, pero que podría haber terminado haciendo cualquier otra cosa. Y es que realmente, bien pensado, la vida es un transcurso de cruces de caminos (tal vez, en mi caso, demasiados cruces), en los que haber tomado una dirección u otra nunca estaba tan claro como para apostar fuertemente por una, o arrepentirme de no haber girado hacia la otra. Me considero por ello afortunada, muy afortunada, porque puedo adaptarme a lo que venga, y porque creo, como dice mi amiga Ana, que tengo el poder de ser predominantemente feliz, lo cual también va siendo más sencillo conforme pasan los años, porque al final, todo hay que relativizarlo, o todo se relativiza sin querer, y cada vez encuentro menos motivos para sentirme triste, o la tristeza deber entrar y salir sin hacer mucho ruido, porque por mucho que tengamos, incluso teniendo todo, hay días grises que hay que pasar, dejarlos pasar, para que no se queden habitando en nosotros. Así que, definitivamente, soy mayoritariamente feliz, pero esto sí precisa de una búsqueda activa y de un esfuerzo para que sí se quede con nosotros.

Como decía, me encanta trabajar en lo que trabajo, aunque en lo más profundo pueda añorar haberme dedicado a algo que tenga que ver con el deporte en general, y con el atletismo en particular. Sin embargo, también he aprendido a no añorar demasiado aquello que tuvo su momento y no fue, porque al final la idealización de lo que podría haber sido no tiene ni si quiera por qué ser la sombra de lo que será en otro metaverso, en otra línea temporal donde el giro en lugar de haber sido a la izquierda, fue a la derecha., y además, aquí, donde estoy, no se está nada mal.

5 comentarios en “1er fragmento -En el tren-”

  1. Me han gustado mucho tus reflexiones, muchas las comparto (lo q intentas conocer profundamente tiene muchos puntos para que te encante), lo que afectan comentarios bien..o mal intencionados, intentar tener norte y enfocarlo frecuentemente, ser madre de niñas libres, sentirse a veces impostora, recibir y dar agradecimiento a pacientes…y ser predominantemente feliz! Sigue así!!!! Abrazos

  2. Me ha encantado leerte y me ha hecho pensar el cómo y el porqué de mi camino.
    Muchas gracias Alejandra.
    Un fuerte abrazo de Javi

  3. Me encantan tus fragmentos y has hecho que me pare a pensar en mi camino aunque no le ponga texto. Deseosa de leer tu próximo fragmento. Muchas gracias por ser tan bonica.

    1. Pues me alegra que te gusten, porque fue mi madre la que me animó a dejarlos plasmados públicamente, porque ella pensaba que había gente a la que le podría ayudar de alguna manera. Y además me está gustando mucho esta especie de introspección manifiesta!! Un abrazo

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