Hace un año llegábamos justas para bajarnos del coche y salir a correr por las calles de Almería.
Hace un año, habíamos ido a correr la milla de Navidad de Nerja en el estadio de la ciudad, y decidimos sobre la marcha aprovechar el dorsal que una semana antes habíamos sacado para correr la carrera que no sabíamos que se celebraría ese mismo día, la San Silvestre de Almería 2022.
Así, de esa guisa y con las piernas cansadas de carrera y de viaje, salimos con la idea de rodar con toda la marabunta disfrazada y sin disfrazar que se daba cita en frente de La Salle, en un ambiente festivo y con espíritu navideño. A rodar. Esa era la idea. Comenzamos a 3.45 el km, Daniela y yo, llevadas por toda los corredores que salían al oír el pistoletazo, olvidando por un momento que por delante quedaban cerca de 6 Km. En el tercer kilómetro bajamos el ritmo para situarnos en lo que entonces nos parecían unos cómodos 4 minutos el kilómetros, demasiado cómodos para ser las primera mujeres de la carrera, animadas por conocidos y desconocidos que se agolpaban a los lados del circuito. Daniela sin despegarse de mí a pesar de estar en el tramo final de sus doce años. Daniela esprintando los últimos 200 metros, colándose entre los doblados y los que llegaban a meta, para entrar la primera, antes que su santa madre.
Este año volvemos a la carga, sin carrera previa, sin viaje de vuelta, y con la cena de Nochebuena aun en la tripa (como todos). Con ganas de correr. Con ilusión por hacerlo un poco mejor. Picadas por ganarnos la una a la otra.
Y es que ya sé que me puede. Sé que intentará ganarme, y que si esta vez lo hace, será porque se lo ha ganado, porque no me pienso dejar ni un poco. He “contratado” a Manolillo para que nos lleve a ritmico, con la soga al cuello, que mira que me cuesta a mí correr largo a pesar de entrenarlo. Mil veces lo repetiré, prefiero el lactato a la deuda de oxígeno. Prefiero un sufrimiento corto e intenso a uno más larvado y duradero, en el que las tripas empiezan a quejarse y el corazón parece que se vaya a salir por la boca. Daniela puede con todo, aunque se queje. Todo lo afronta con bravura y desparpajo, ¡bendita juventud!.
Esta tarde a las 19 horas estaremos corriendo por las calles principales de nuestra ciudad.
¡Nos vamos de fiesta! Nos vamos toda la familia, que Alex saldrá con Martina, aunque con otras pretensiones. ¿Seremos capaces de doblarlos? Ja Ja Ja.
¿Se dejarán doblar para vernos llegar a meta?
¡Nos vemos!


Madre e hija sois unas grandes campeonas,venga a por todas,como vosotras sabéis hacerlo ❤️❤️