377º fragmento -Cansancio del alma
Mientras permanecía sentada o medio recostada la tarde del domingo posterior al cambio de hora, con un atardecer demasiado temprano entrando por la ventana del salón, poco a poco empezaba a sentir más atenazados el pecho, y parte de la garganta. Me pasé la mañana haciendo labores del hogar, ordenando ropas y llevando a cabo […]





