127º fragmento -Compartimentos estancos enlentecen y estropean casi todo

Donde yo trabajo lo más importante es hacer nuestra labor lo mejor posible, con fluidez, a poder ser con buen humor, y con la seguridad de que si necesitas ayuda, prácticamente no tendrás ni que pedirla.

Donde yo trabajo nos cruzamos todas las mañanas por los pasillos, y las distintas salas, celadores y celadoras, limpiadores y limpiadoras, auxiliares, administrativas, endoscopistas y médicos y médicas de distintas especialidades, pacientes, usuarios, familiares…

Cuando yo entro por la puerta y saludo a los que ya andan por allí, siempre pienso que va a ser un buen día, incluso antes de mirar los listados de pacientes y sus pruebas correspondientes, con todas las ganas del mundo en la línea de salida para que el trabajo fluya y nos coordinemos lo mejor posible para que así sea. Y en parte, me gusta tanto hacerlo así porque siento que el resto de la gente que empieza a desperezarse esa mañana, se contagia de la misma sensación, el buen rollo.

Cada colectivo parece tener unas tareas asignadas, la mayoría de ellas no escritas (y si lo están, yo no tengo ni idea de donde está ese papel), pero aun así, cada uno conoce su cometido, y la mayoría de las veces no hay quejas y todo parece fluir: los celadores y celadoras se encargarán de traernos a los pacientes y llevárselos cuando hemos terminado, de colocarlos en la posición adecuada cuando ellos solos no pueden, de llevar las muestras de las biopsias a anatomía patológica, de subir a farmacia a por la medicación…; enfermería hace la entrevista al paciente, nos ayuda con la técnica, se encarga de poner la medicación, de que el fungible esté listo…, y así, cada uno de nosotros.

Lo peor que puede ocurrir en este entramado de actividades que se suceden y a veces superponen, es que alguien se obceque en que su tarea acaba en esta línea, y no se preste a hacer nada más de eso que ha pesando que es su obligación.

Lo peor que puede suceder, también, es que estés todo el rato pendiente de calibrar si tu estás trabajando más o menos que tu igual, tratando de hacer siempre lo mismo o menos, porque otra cosa sería totalmente injusta.

Como yo lo veo, mi actividad no terminará solamente en las aquellas que se me presuponen como endoscopista, porque a veces (las que sean) habrá que ayudar a sacar camas, a pasar pacientes desde el hospital de día médico, a poner la medicación, a calmar a familiares que se desesperan por la tardanza…

La buena predisposición es tan importante. El buen humor, tan necesario.

Estar dispuesto a hacer algo más de lo mínimamente imprescindible no debería costarnos mucho, porque cuando das, lo más normal es que recibas mucho mas de lo que te costó.

Y se agradece tanto encontrar a gente que esté siempre dispuesta a ayudar, a pesar de que tenga que salirse de su compartimento de tareas asignadas según el nombre del colectivo al que representan, de su zona de confort…

Nos imagino a todos moviéndonos a una, en la misma dirección, con los mismo intereses, en compartimentos interconectados para que al final podamos dar lo mejor a quien por suerte o por desgracia tuvo que entrar en nuestra unidad de endoscopias.

Porque trabajar en compartimentos estancos, donde las tareas no se superponen, y nadie quiere rebasar la línea que delimita sus obligaciones, es tan lento, cansado e ineficaz…

¡Buenos días! ¿Qué tenemos hoy?, eso, ya suena bien.

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