No me extenderé mucho, porque tampoco me dejan.
Tres minutos me dijeron.
Lo primero los agradecimientos, al Consejo Sectorial de la Mujer, por este galardón, y a los que sin ellos y ellas jamás habría logrado estar recogiéndolo. Sabéis quienes sois.
Lo segundo, aprovechar el altavoz, porque hoy no habéis elegido a una deportista profesional ni con una carrera deportiva exitosa por delante, hoy habéis elegido a una mujer normal, como muchas otras, que tratan de equilibrar de la mejor manera posible su profesión, su familia y su afición para conseguir lo que considera que es el éxito en la vida, tratando de ser a cada paso que da, mejor de lo que era antes.
Mi afición es lo que me hace estar aquí hoy. Mi afición, que también es una de mis pasiones.
Tienen que saber que el deporte está lleno de abandonos en la adolescencia, entre las niñas mucho más que entre los niños. Tienen que saber que 7 de cada 10 mujeres dejarán de hacer deporte en su mayoría de edad, fracaso absoluto de nuestra sociedad. Muchas de ellas por el aumento de las exigencia en los estudios, por falta de motivación, porque no perciben aceptación de la mujer deportista en la sociedad, o al menos no tanto como ocurre con el hombre, por no saber gestionar el tiempo, o encontrar otras actividades más atractivas, entre otros muchos motivos.
Nuestras niñas y nuestras mujeres, necesitan de referentes femeninos, no solo representadas por deportistas profesionales, sino también por mujeres más terrenales que les muestren que realmente querer es poder. Necesitan del apoyo familiar para continuar haciendo deporte y de todas las herramientas que podamos proporcionarles para que incorporen la práctica deportiva a sus vidas como una parte absolutamente imprescindible para el pleno desarrollo personal.
El objetivo más importante en cuanto a la promoción del deporte no es conseguir deportistas de élite, el objetivo más importante tiene que ser que nuestras jóvenes incorporen el deporte a sus vidas con absoluta normalidad, como medio de socialización, de adquisición de valores que puedan trasladar al resto de las facetas de su vida, y como fuente de salud.
“El éxito es la tranquilidad mental que da la satisfacción de saber que se hizo todo lo que se pudo por ser mejor de lo que se era antes”. Eso decía John Wooden, entrenador de la NBA.
El triunfo en la práctica deportiva es eso, un triunfo privado que tal vez solo el que lo practica pueda reconocer. Eso es lo que a mí me hace seguir queriendo ir a entrenar cada día, lo que me guía en mi trabajo como médica en el hospital, y lo que me empuja a seguir intentando ser el mejor ejemplo para mis hijas.
Hoy recibo este galardón, con mucho orgullo, un triunfo público sin duda, pero permítanme que, sin menospreciarlo, les diga, que seguiré prefiriendo mis triunfos privados, porque estos perduran en el tiempo, se renuevan todos los días, y son los que me hacen realmente avanzar.
Muchas gracias, y trabajemos, cada uno de la forma que pueda, pero haciendo todo lo posible, para que la frase “el deporte es salud” tenga sentido y guíe nuestros pasos.