Hace unos días estuvimos hablando con el delegado de turismo, deporte y educación sobre temas relacionados con el atletismo, con la necesidad de tener un lugar en el que se pueda desarrollar plenamente, sin que ninguna de las disciplinas que lo componen tengan que ser dejadas aparte, y teniendo en cuenta las necesidades de entrenamiento de los atletas almerienses, y la importancia de disponer de un lugar donde poder organizar competiciones atléticas a las que vengan deportistas de otros lugares, promocionando este deporte de deportes entre todos los pequeños y mayores.
Unos días antes había competido en el campeonato andaluz máster, en Estepona. Un campeonato perfectamente organizado, en una pista con unas gradas llenas de gente, familias enteras y amigos disfrutando del deporte que los une. La pista tenía césped artificial en su centro, lo cual, en otras circunstancias, habría impedido la celebración del campeonato. Sin embargo, justo al lado de la contrarrecta, había una zona de lanzamientos anexa, donde se pueden practicar todos los lanzamientos largos (disco, jabalina y martillo), con lo cual, aquello estaba solventado, aunque en cierto modo pudieran quedar un poco apartados del público.
Mi objetivo principal en este campeonato eran los relevos 4 x 400 mixtos M45. Llevábamos tiempo pensando en intentar asaltar el récord de España, y sobre el papel estaba hecho. Faltaba rematarlo y hacerlo realidad.
Mi 400 m individual del sábado fue de toma de contacto. Un 1:00.22 que me dejó bastante satisfecha.
Al día siguiente, antes del relevo, un 800.
¿Qué le pasa a Alejandra?, le habían preguntado a Emilia después de ver impreso en el pdf de resultados mi 2:24 (unos 12 segundos peor que mi mejor marca de este año). Ella me lo contaba riéndose, porque el comentario que le habían hecho previamente a ella sobre su estado de forma era aun mucho peor, “con lo que tú eras, y mira ahora…”
Tengo la enorme fortuna, en parte porque me lo he currado, y por otra parte porque lo he heredado, de que no tengo que correr al 100% para ganar un campeonato de Andalucía máster con categoría F45 recién estrenada. (soy la más joven en esta franja de edad, y aquí los años solo pesan).
Pensaba en un pasaje del libro de Jacks Daniels en el que hablaba de como aquellos atletas que prolongaban mucho su carrera en la élite era porque probablemente no siempre estuvieron compitiendo al 100% de sus posibilidades, porque no les hizo falta (véase el caso de Usain Bolt). En una escala muchísimo menor, yo tengo esa suerte, si no, me habría sido imposible ganar 4 medallas de oro en el campeonato de España Máster indoor. Si tuviera que estar al 100% para ganar, solo elegiría una prueba y rezaría para que saliera lo mejor posible.
Antes de salir a correr el 800 el domingo, creíamos que saldríamos juntas desde F45 hasta F55, donde se encontraba Toñi, que siempre que coincidimos me suele preguntar a cuanto voy a salir. Nos separan 10 años y a ella le viene genial tenerme de referencia para correr. A mí me encanta poder servirle de ayuda, sobre todo si no tengo pensado ir a piñón a por marca, como era el caso.
Hice 2:24. La primera vuelta en 1:12, porque eso era lo prometido, y porque aunque al final Toñi no salió conmigo, si lo hicieron Patricia y Mónica, que también querían mejorar su marca. Ir a ese ritmo me permitió disfrutar de mis hijas chillándome desde la grada y de Mayte pidiéndome que saludara, porque muchas veces, cuando vas con la soga al cuello, no escuchas nada de lo que ocurre a tu alrededor. No sé si les serví de mucho a las demás para acercarse a sus marcas, pero si que corrí como yo quise, en 2:24, a ritmo, sin estrés, cuidando un poco las molestias del glúteo, y con reservas más que de sobra para afrontar el mejor relevo mixto M45 que se ha corrido en España, disfrutándolo a tope con mis compañeros.
Eso es lo que le pasaba a Alejandra.
Todavía puedo correr mucho, pero no siempre estoy en plenas condiciones para hacerlo. Yo lo sé, porque sé cómo entreno.
Prefiero cuidarme y saber cuando gastar cartuchos, que los años pasan, y solo tengo un cuerpo.
Esto me lleva a pensar que muchas veces juzgamos resultados, entrenamientos, marcas… sin saber qué hay detrás.
Lo que me gusta del atletismo máster, es que es mi afición, que lo practico con alegría y la responsabilidad que yo me exija. No es el centro de mi universo, aunque a ratos lo parezca. Claro que quiero hacerlo lo mejor posible, pero todo a su debido tiempo.
Y si no sale, pues a la siguiente.
Hoy quité una lesión rectal por disección que vale más que un récord del mundo. O igual, pero para el paciente, mucho más.

